
Alfabetización en IA. Promptear como pensamiento crítico.
Estamos familiarizados con la definición de prompt, esa guía que genera respuestas al usar herramientas de IA. Sin embargo, aprender a realizar un buen prompt es harina de otro costal. A la hora de pensarlo es fundamental incluir una alfabetización digital crítica que fomente el pensamiento reflexivo, la habilidad de cuestionar la información y el control consciente de nuestra relación con las tecnologías.
Hace unos días, una estudiante me sorprendió con una solicitud directa: "Profe, aprendamos a promptear". Al principio dudé de la existencia de la palabra, pero pronto comprendí que ya forma parte de un vocabulario real y extendido entre los usuarios. Nos metimos en el tema y esta experiencia me llevó a reflexionar una vez más sobre la importancia de adaptar con urgencia nuestras propuestas educativas a las nuevas demandas tecnológicas. “Promptear”, el término justifica mis comillas, no solo significa usar la inteligencia artificial, sino conocer los fundamentos que activan el pensamiento crítico y reflexivo necesario antes de escribir cualquier instrucción, porque estos futuros profesionales deberán aplicar estas competencias en su labor diaria.
Según expertos, un prompt es una instrucción clara, breve o extendida, que dirige a una IA generativa para obtener una respuesta específica y relevante. Su diseño estratégico, conocido como "prompting", es un arte que busca evitar ambigüedades y errores, garantizando resultados óptimos.
Técnicas para un prompt efectivo
- Definir un objetivo claro. Por ejemplo, en lugar de "Escribe sobre energía solar," especificar "Escribe un artículo de 200 palabras en tercera persona sobre los beneficios ambientales de la energía solar, con ejemplos concretos".
- Proveer contexto y detalles. El tono, formato, público y profundidad influyen en la calidad del resultado, permitiendo que la IA adapte su respuesta.
- Asignar roles o perspectivas. Pedir que la IA actúe como experto o consultor aporta un enfoque especializado y creíble.
- Usar palabras clave específicas. Esto orienta el tema y evita respuestas imprecisas.
- Indicar longitud y estructura. Controlar la extensión y formato evita respuestas demasiado breves o largas.
- Formular instrucciones afirmativas y claras. Minimizar ambigüedades con comandos directos.
- Ir de lo simple a lo complejo. Empezar con prompts básicos y ajustarlos mejora la interacción.
Estas prácticas potencian el valor de la IA, pero también subrayan la necesidad de entrenar en pensamiento crítico y de autoevaluación, evitando caer en la llamada «narcosis de los algoritmos», donde la dependencia tecnológica erosiona nuestra capacidad de juicio y autonomía.
Me surgen dudas que dejo para debatir: ¿Cómo creen que un buen prompt puede transformar la forma en que aprendemos o trabajamos? ¿Qué habilidades debemos compartir en escuelas y universidades para que “promptear” sea algo más que un gesto técnico? ¿De qué manera el pensamiento crítico ayuda a formular mejores instrucciones que potencian la inteligencia humana y artificial?
Estas preguntas no solo abren la puerta a una nueva alfabetización digital, sino que preparan a las generaciones futuras para un mundo en el que convivirán cada vez más con la inteligencia artificial. Aprender a pensar para la IA será, sin duda, un pilar fundamental de la ciudadanía digital responsable y reflexiva.
Fuentes
Nota realizada con asistencia de Perplexity
Guía para docentes sobre alfabetización digital crítica y reflexiva (Educarchile, 2024)
"De apretar teclas a pensar críticamente" – análisis de la alfabetización digital en América Latina (Profuturo, 2025)
Biblioteca UOC sobre alfabetización digital crítica y guía para educadores (UOC, 2020)